Durante la semana del 17 de
febrero se realizó una reunión de introducción en la que los participantes del
semillero se presentaron mutuamente. Más adelante, en la segunda sesión del
semillero, se discutió la lectura de Murphy, Smith & Lawrence (2003)
llamada “Functional neuroanatomy of emotions: A meta-analysis” en la que se
aplicaba el estudio de la neuroimagen funcional para estudiar las áreas
asociadas a las emociones, teniendo como punto de partida modelos neurocientíficos
para contrastar sus resultados.
De esta manera, se mencionan 3
principales modelos de emoción. En primer lugar, se encuentran los modelos de un
sistema, en el cual se afirma que solamente un grupo particular de estructuras
cerebrales median en la producción de las emociones. Las posibles estructuras
que han sido mencionadas por autores desde esta perspectiva son el sistema
límbico, otros aseguran que se trata de una lateralización de la función en la
cual el hemisferio derecho está asociado a problemas para el reconocimiento de expresiones
faciales de la emoción, sin embargo, este tipo de teorías han recibido varias
críticas y las investigaciones científicas se han ido moviendo en dirección de
modelos múltiples que afirman que la emoción está a cargo de varios sistemas
neurales individuales que se relacionan con diferentes dimensiones de las
emociones (Murphy et. al, 2003).
Así, los modelos duales de la emoción
surgen como opción, un ejemplo de estos es el de Davidson (1984) en Murphy et.
al (2003), en el cual se habla de una asimetría cerebral con respecto a la
valencia de las emociones, es decir que el carácter positivo o negativo en la
expresión de los afectos tiene una representación cerebral diferente, y por
otro lado, otras propuestas postulan que la representación cerebral de las
emociones está ligada a si estás últimas se asocian a tendencias de
acercamiento o evitación.
Finalmente, los modelos
multisistémicos de la emoción, postulan que existe un pequeño grupo de
emociones discretas que son mediadas por programas de afecto centrales,
entonces el autor Ekman (1982) en Murphy et. al (2003) incluye las emociones de
miedo, disgusto, ira, alegría, tristeza y sorpresa como parte de los programas
de afecto, encontrándose por ejemplo que las lesiones a la amígdala producen
problemas para reconocer las expresiones faciales de miedo.
Ahora bien, desde el marco
teórico anterior y los resultados de neuroimagen, Murphy et. al (2003)
concluyeron con respecto a los modelos de un elemento de la emoción que si bien
el sistema límbico está asociado a las emociones, no es el único involucrado,
además, se observó que la actividad neural asociada a afectos positivos y
negativos es relativamente simétrica, lo cual es diferente a lo encontrado a
las dos principales teorías de un sistema de la emoción. Con respecto a los modelos
de sistemas duales, estos recibieron apoyo parcial únicamente desde los resultados.
En cambio, se encontró amplia evidencia que apoyaba los modelos múltiples de
programas de afecto, encontrando que se activaban zonas particulares para las
emociones fundamentales mencionadas por Ekman (1982) en Murphy et. al (2003),
lo cual es coherente con la tendencia actual hacia este tipo de modelos.
Para terminar entonces, se
discutieron los puntos principales de esta lectura encontrando algunas de sus
limitaciones relacionadas con la metodología, la claridad del discurso y la
fecha de realización de la investigación misma. Se resaltaron en cambio la
exposición de los diferentes modelos para comprender la emoción para ponerlos
en discusión con los resultados.
por: Maria Alejandra Chaparro
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