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La marihuana abre el apetito


El principio activo de la planta de la marihuana ha impulsado a un grupo de científicos a desarrollar un experimento que certificase la implicación de éste con el apetito. El estudio ha sido publicado en la revista Nature.

Para probar el mecanismo que conecta el hambre con el sentido del olfato y lacomida, el equipo del French National Institute of Health and Medical Research de Burdeos (Francia), liderado por Giovanni Marsicano, realizó un experimento con ratones centrado en un receptor específico del cerebro, el receptor cannabinoide 1 (CB1), que es activado precisamente por componentes como la resina del hachís y, en este caso, el principio activo de la marihuana (THC).

Durante el experimento, los ratones a los que les fue bloqueado el receptor CB1, y habían estado enayunas durante 24 horas, disminuyeron su ingesta de comida sin presentar rasgos de ansiedad. Por otra parte, a los ratones a los que estimularon el receptor CB1 con el principio activo de la marihuana y que también estuvieron en ayunas, mejoraron su sensibilidad a los olores y se mostraron muy hambrientos.

Los resultados arrojan luz al respecto de la vinculación del apetito y el olfato con la sensación de hambre, revelando que el circuito olfativo del CB1 podría ofrecer un punto de partida para el tratamiento de desórdenes alimenticios como la anorexia o la bulimia.


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Hablarle a los bebés ayuda a que sus cerebros se desarrollen antes

Según expertos, les ayuda a identificar pronto las reglas y ritmos del lenguaje y sienta los pilares para que comiencen a entender cómo funciona el mundo.
Hablarle a los bebés ayuda a que sus cerebros se desarrollen antes
El hablar directamente a los bebés ayuda a que sus cerebros se desarrollen antes, según un estudio presentado esta semana en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en Chicago.
El estudio de la psicóloga de la Universidad de Stanford Anne Fernald muestra grandes diferencias entre los vocabularios de los niños y su capacidad para procesar el idioma a edades tan tempranas como un año y medio.
Fernald sostiene que el hablar directamente a los niños les ayuda a identificar pronto las reglas y ritmos del lenguaje y sienta los pilares para que comiencen a entender cómo funciona el mundo.
Según la investigadora, la repetición ayuda a los niños a recordar las palabras y el aprender relaciones entre palabras como "el caballo tira del carro" les permite construir una imagen del mundo útil cuando llegan al colegio.
"Es necesario comenzar a hablarles desde el primer día", afirmó Fernald esta semana durante la presentación del informe en Chicago. "Los niños están desarrollando una mente que puede conceptualizar, que puede pensar sobre el pasado y el futuro".
Las investigaciones realizadas durante las últimas décadas demuestran que los niños con padres de bajos recursos y menor educación suelen tener menos habilidades lingüísticas que los pequeños que vienen al mundo en hogares con más recursos.
En algunos casos los niños de cinco años con menores recursos económicos muestran dos años de atraso frente a los otros pequeños cuando entran al colegio.
Fernald ha dirigido estudios en los últimos años que revelan que la brecha entre los niños pobres y los ricos surge durante la infancia.
Según los estudios de la profesora de Stanford, a los dos años los niños con menos recursos tenían un retraso de seis meses en su capacidad para el procesamiento de habilidades críticas para el desarrollo lingüístico.
El trabajo de Fernald incluyó la grabación diaria de niños de familias hispanas de bajos recursos en sus ambientes familiares.
Fue así como ella y su equipo descubrieron que los niños a los que sus padres les hablaron directamente más a menudo desarrollaron una mayor capacidad para procesar el lenguaje y aprendieron palabras nuevas más rápidamente.
Los resultados demuestran que la interacción directa tiene grandes ventajas.
Fernald y su equipo dirigen en estos momentos un estudio entre madres hispanas de bajos recursos en San José (California) financiado por la Fundación W. K. Kellogg.
Este nuevo programa, que se llama ¡Habla conmigo!, enseña a las madres latinas a apoyar el desarrollo cerebral de sus bebés, al enseñarles cómo interactuar con ellos.
Los investigadores solo tienen datos de momento de 32 familias, pero los resultados son prometedores. Las madres en el programa ¡Habla conmigo! se comunican más y usan lenguaje de más calidad con sus bebés que las madres en otro grupo de control.
"Lo que resulta más emocionante es que los niños de 24 meses de las madres que están más involucradas están desarrollando vocabularios más ricos y procesando el lenguaje de forma más eficiente", afirmó Fernald en un comunicado divulgado por la Universidad de Stanford.
"Nuestro objetivo es ayudar a que los progenitores entiendan que (...) pueden jugar un papel a la hora de cambiar la trayectoria vital de sus hijos", añadió la psicóloga. 

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NEUROCIENCIA DEL AMORNeurociencia del amor


FECHA DE PUBLICACIÓN:2013-02-14     AUTOR: REDACCIÓN
Si bien las sensaciones del enamoramiento son bien conocidas por mucho seres humanos, quizá este 14 de febrero valdría la pena mirar más de cerca el cómo funcionan estas reacciones a nivel fisiológico.
En primer lugar, cabe aclarar que el amor es una droga. Literalmente. Los centros neuronales que se activan con el encuentro de la persona amada son exactamente los mismos que aquellos que se activan por el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas (a saber, los centros localizados en el sistema límbico, ligado con las "recompensas").
El Dr. Eduardo Calixto, neurofisiólogo del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, en México, explica que lo que provoca la sensación placentera del enamoramiento es la secreción del neurotransmisor dopamina. La dopamina activa diferentes partes del cerebro para provocar reacciones fisiológicas variadas, como lo serían el aumento de la frecuencia cardiaca o el aumento de la presión arterial. El enamoramiento ocurre cuando la dopamina actúa sobre la corteza prefrontal, asociada a la cognición.
Pero, ¿por qué empezamos a secretar dopamina? En hombres, el aspecto físico de una persona es el principal aliciente para comenzar la secreción, siendo éstos principalmente visuales. En mujeres, sin embargo, el proceso es más complejo, ya que involucra otros sentidos como el tacto o el olfato (detectando feromonas y otros elementos como el Complejo Mayor de Histocompatibilidad ? indicador de la capacidad del sistema inmune de la persona en cuestión), factores que son tomados en cuenta antes de elegir una pareja.
Otro gran contraste entre ambos géneros radica en la maduración de la corteza prefrontal. En mujeres, esta zona cerebral termina de interconectarse aproximadamente a los 21 años de edad, mientras que en hombres el proceso es más lento, culminando hasta los 26 años; es por esto que los hombres suelen querer asentarse más tardíamente que las mujeres.
Una vez que comenzó el enamoramiento, hay que tomar en cuenta que una de las zonas más importantes de liberación de dopamina es el área tegmental ventral, localizada cerca de la base del cerebro. Ésta área, 70% más grande en mujeres, se activa durante el orgasmo en una relación sexual; el que las mujeres tengan orgasmos más duraderos que los hombres y que se involucren emocionalmente con sus parejas sexuales es atribuible a esta notoria diferencia de tamaños.
Sin embargo, hay un lado triste a toda historia de amor. Calixto explica que con el tiempo, los receptores de la dopamina comienzan a perder su sensibilidad. Así, asegura que en un periodo aproximado de tres años, éstos dejarán de responder al estímulo inicial que desencadenaba la reacción placentera del encuentro con esa persona especial.
La única salvación, en estos casos, es otro neurotransmisor conocido como oxitocina, cuya secreción está relacionada con la sensación de apego. Si una pareja no logra construir una relación más allá del enamoramiento o del placer sexual en tres años, lo más probable es que la relación esté condenada a terminar.
Para evitar este trágico final, es importante fomentar actitudes de admiración, cooperación e inclusive amistad dentro de la misma relación de pareja, ya que éstas están asociadas a una mayor secreción de oxitocina.

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Signal and noise: Spike correlations in the olfactory system

Posted on October 23, 2013



Signal and noise: Spike correlations in the olfactory system
Spikes in the Olfactory Bulb. Credit: Monell.org
The olfactory system is a particular favorite among the many who study neural coding. One reason for this is that presentation of a single odorant to an otherwise featureless smellscape, at least in theory, provides an ideal and dimensionless event for the olfactory front end to code. There is ample evidence that within the olfactory bulb, odors are represented by spatial patterns of activity. There is also evidence that odors are captured by individual cells through spike timing, pattern, and their phase relative to the respiratory cycle. As expected, there is also much suggestion to the contrary for each of these cases. A new study done by researchers from Carnegie Mellon reports that the identity of an odor directly influences the amount of correlation, or linked firing, in the spikes of the output cells of the bulb. In their recent paper published inPNAS, they show that this correlation originates primarily from the act of sniffing itself, with significant contributions also arising from the local circuit connections (within a few cell diameters) in the bulb, while the odor itself contributes only a small portion of the correlation.
The output cells of the bulb, the Mitral and Tufted cells (MT cells) studied here, send their axons to various higher centers in the brain, but ultimately, the olfactory cortex. M/T cells appear to fire with fair degree of regularity, even in the absence of odorants, in contrast to the cortical cells which have generally have lower spontaneous rates. What really turns on the M/T cells though, is breathing. Different MT populations have been shown to favor different phases of the respiratory cycle, but individual preferences can still change on dime. Decades ago, researchers performed various manipulations including cutting nerve tracts, blocking the nostrils, tracheotomy, and presenting odorants directly to the epithelium, to try to uncover the origins of the respiratory control. They found the peripheral airflow effects were a primary driver, but that there was also some influence from above so to speak, presumably through an efference copy of the output of the respiratory center. There was also found to be an intrinsic effect, where the bulb in effect “rings” at various pre-tuned fundamentals or overtones according to its size and connectivity.
Read more at: MedicalXpress

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En la historia de la neurociencia está Rita Levi-Montalcini  http://www.youtube.com/watch?v=WgkAR-vrJpM

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Researchers Report New Insights on Human Brain, Consciousness

UCLA psychologists have used brain-imaging techniques to study what happens to the human brain when it slips into unconsciousness. Their research, published Oct. 17 in the online journal PLOS Computational Biology, is an initial step toward developing a scientific definition of consciousness.
“In terms of brain function, the difference between being conscious and unconscious is a bit like the difference between driving from Los Angeles to New York in a straight line versus having to cover the same route hopping on and off several buses that force you to take a ‘zig-zag’ route and stop in several places,” said lead study author Martin Monti, an assistant professor of psychology and neurosurgery at UCLA.
Monti and his colleagues used functional magnetic resonance imaging (fMRI) to study how the flow of information in the brains of 12 healthy volunteers changed as they lost consciousness under anesthesia with propofol. The participants ranged in age from 18 to 31 and were evenly divided between men and women.
The psychologists analyzed the “network properties” of the subjects’ brains using a branch of mathematics known as graph theory, which is often used to study air-traffic patterns, information on the Internet and social groups, among other topics.
The image shows the parcellation of brain data into 194 cortical, subcortical and cerebellar ROIs.
Monti and his colleagues used functional magnetic resonance imaging (fMRI) to study how the flow of information in the brains of 12 healthy volunteers changed as they lost consciousness under anesthesia with propofol. This image shows the parcellation of brain data into 194 cortical, subcortical and cerebellar ROIs. Credited to PLOS Computational Biology/Monti et al.
“It turns out that when we lose consciousness, the communication among areas of the brain becomes extremely inefficient, as if suddenly each area of the brain became very distant from every other, making it difficult for information to travel from one place to another,” Monti said.
The finding shows that consciousness does not “live” in a particular place in our brain but rather “arises from the mode in which billions of neurons communicate with one another,” he said.
When patients suffer severe brain damage and enter a coma or a vegetative state, Monti said, it is very possible that the sustained damage impairs their normal brain function and the emergence of consciousness in the same manner as was seen by the life scientists in the healthy volunteers under anesthesia.
“If this were indeed the case, we could imagine in the future using our technique to monitor whether interventions are helping patients recover consciousness,” he said.
“It could, however, also be the case that losing consciousness because of brain injury affects brain function through different mechanisms,” said Monti, whose research team is currently addressing this question in another study.
“As profoundly defining of our mind as consciousness is, without having a scientific definition of this phenomenon, it is extremely difficult to study,” Monti noted. This study, he said, marks an initial step toward conducting neuroscience research on consciousness.
The research was conducted at Belgium’s University Hospital of Liege.
Monti’s expertise includes cognitive neuroscience, the relationship between language and thought, and how consciousness is lost and recovered after severe brain injury. He was part of a team of American and Israeli brain scientists who used fMRI on former Israeli Prime Minister Ariel Sharon in January 2013 to assess his brain responses.
Surprisingly, Sharon, who was presumed to be in a vegetative state since suffering a brain hemorrhage in 2006, showed significant brain activity, Monti and his colleagues reported.
The former prime minister was scanned to assess the extent and quality of his brain processing, using methods recently developed by Monti and his colleagues. The scientists found subtle but encouraging signs of consciousness.
Notes about this consciousness and neuroimaging research
Co-authors of the current research included Evan Lutkenhoff, a UCLA postdoctoral scholar in Monti’s laboratory; Mikahil Rubinov of Cambridge University in the U.K.; and Steven Laureys, who leads the Coma Science Group at the Cyclotron Research Center and the department of neurology at Belgium’s Sart Tilman Liege University Hospital.
The study was funded primarily by the James S. McDonnell Foundation.
Contact: Stuart Wolpert – UCLA
Source: UCLA press release
Image Source: The image is credited to Martin M. Monti, Evan S. Lutkenhoff, Mikail Rubinov, Pierre Boveroux, Audrey Vanhaudenhuyse, Olivia Gosseries, Marie-Aurélie Bruno, Quentin Noirhomme, Mélanie Boly, and Steven Laureys/PLOS Computational Biology and is adapted from the research paper.
Original Research: Full open access research for “Dynamic Change of Global and Local Information Processing in Propofol-Induced Loss and Recovery of Consciousness” by Martin M. Monti, Evan S. Lutkenhoff, Mikail Rubinov, Pierre Boveroux, Audrey Vanhaudenhuyse, Olivia Gosseries, Marie-Aurélie Bruno, Quentin Noirhomme, Mélanie Boly, and Steven Laureys in PLOS Computational Biology. Published online October 17 2013 doi:10.1371/journal.pcbi.1003271

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Research Finds Brain Scans May Aid in Diagnosis of Autism

Joint research from the University of Alabama at Birmingham Department of Psychology and Auburn University indicates that brain scans show signs of autism that could eventually support behavior-based diagnosis of autism and effective early intervention therapies. The findings appear online today in Frontiers in Human Neuroscience as part of a special issue on brain connectivity in autism.
“This research suggests brain connectivity as a neural signature of autism and may eventually support clinical testing for autism,” said Rajesh Kana, Ph.D., associate professor of psychology and the project’s senior researcher. “We found the information transfer between brain areas, causal influence of one brain area on another, to be weaker in autism.”
The investigators found that brain connectivity data from 19 paths in brain scans predicted whether the participants had autism, with an accuracy rate of 95.9 percent.
The image shows the brain scan results for autism associated with the research.
This brain scan from Kana’s study shows weaker neural connectivity in participants with autism compared with participants without autism. Credited to University of Alabama at Birmingham.
Kana, working with a team including Gopikrishna Deshpande, Ph.D., from Auburn University’s MRI Research Center, studied 15 high-functioning adolescents and adults with autism, as well as 15 typically developing control participants ages 16-34 years. Kana’s team collected all data in his autism lab at UAB that was then analyzed using a novel connectivity method at Auburn.
The current study showed that adults with autism spectrum disorders processed social cues differently than typical controls. It also revealed the disrupted brain connectivity that explains their difficulty in understanding social processes.
“We can see that there are consistently weaker brain regions due to the disrupted brain connectivity,” Kana said. “There’s a very clear difference.”
Participants in this study were asked to choose the most logical of three possible endings as they watched a series of comic strip vignettes while a functional MRI scanner measured brain activity.
The scenes included a glass about to fall off a table and a man enjoying the music of a street violinist and giving him a cash tip. Most participants in the autism group had difficulty in finding a logical end to the violinist scenario, which required an understanding of emotional and mental states. The current study showed that adults with autism spectrum disorders struggle to process subtle social cues, and altered brain connectivity may underlie their difficulty in understanding social processes.
“We can see that the weaker connectivity hinders the cross-talk among brain regions in autism,” Kana said.
Kana plans to continue his research on autism.
“Over the next five to 10 years, our research is going in the direction of finding objective ways to supplement the diagnosis of autism with medical testing and testing the effectiveness of intervention in improving brain connectivity,” Kana said.
Autism is currently diagnosed through interviews and behavioral observation. Although autism can be diagnosed by 18 months, in reality, earliest diagnoses occur around ages 4-6 as children face challenges in school or social settings.
“Parents usually have a longer road before getting a firm diagnosis for their child now,” Kana said. “You lose a lot of intervention time, which is so critical. Brain imaging may not be able to replace the current diagnostic measures; but if it can supplement them at an earlier age, that’s going to be really helpful.”
The findings of this study build on Kana’s research collaborations with Auburn that began in 2010. Lauren Libero, a graduate student in the UAB Department of Psychology, assisted in the research.
Notes about this Autism and neuroimaging research
Written by Kelli Hewett Taylor
Contact: Kelli Hewett Taylor – University of Alabama at Birmingham
Source: University of Alabama at Birmingham press release
Image Source: The image is credited to University of Alabama at Birmingham and is adapted from the press release.
Original Research: Full open access research for “Identification of neural connectivity signatures of autism using machine learning” by Gopikrishna Deshpande, Lauren E. Libero, Karthik R. Sreenivasan, Hrishikesh D. Deshpande and Rajesh K. Kana in Frontiers in Human Neuroscience. Published online October 17 2013 doi:10.3389/fnhum.2013.00670

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inicio
  Sábado, 12 de octubre de 2013

Neurociencias y teología
Pretexto a la sección 'La noción del ser como natural', de la obra Entender y ser, de Bernard Lonergan
Octavio Rodríguez
¿Qué proporción de nuestras concepciones −y, en último término, del comportamiento mismo− puede ser atribuido a la nativa configuración y funcionalidad neurológica –la cual, de hecho, subyace a la vida síquica? ¿Hasta qué punto los procesos mentales están contenidos –hardwardiza-dos− en la dotación congénita anatomo-fisiológica? Mas, en contrapunto, ¿cómo explicar la adaptabilidad del comportamiento e, incluso, nuestro libre albedrío, más allá del determinismo genético?

Cada cual responderá a estas preguntas según sus principios, experiencias y convicciones; en fin, de acuerdo a sus concepciones metafísicas –siempre presentes, aunque no siempre explícitas.

• Conductas connaturales


Al pasear por el campo, podríamos preguntarnos: ¿En qué momento el almendro ha aprendido a florecer cuando aún no se ha derretido la nieve?; o, la abeja, recién emergida de su celda, ¿cómo puede ya interpretar la danza con la cual, otra, en el frontón de la colmena, indica la dirección y distancia de un llamativo grupo floral?; ¿Qué impele a la tortuga a desovar en el mismo sitio donde vio, por vez primera, la luz?, ¿o a los microscópicos paramecios a huir de una carga de iones de cloruro? Mirando más allá, acaso nos asombremos al constatar el proceso evolutivo geológico o el filogenético; o la embriogénesis, citología y fisiología del ser vivo individual; o, en otro nivel, la modulación de los biomas; o, en definitiva, al considerar la conjunción de tantos factores en el universo, que parecieran haberse concertado para hacer posible el surgimiento y desarrollo de organismos y asociaciones tan complejas, en nuestro relativamente minúsculo planeta…

Así, ¿quién obtendrá, en esta área, cuanto obtuvo Salomón?:

Un conocimiento verdadero de los seres: para conocer la estructura del mundo y la actividad de los elementos, el principio, el fin y el medio de los tiempos, los cambios de los solsticios y la sucesión de las estaciones, los ciclos del año y la posición de las estrellas, la naturaleza de los animales y los instintos de las fieras, el poder de los espíritus y los pensamientos de los hombres, las variedades de las plantas y las virtudes de las raíces. (Sab 7, 17-20).

En el mundo biológico en general, los comportamientos son modulados tanto por la constitución genética como por el entorno. Los genes, claro, no influyen directamente, pero sí dirigen la síntesis de los variados ácidos ribonucleicos (ARNs) y, a través de ellos, de las proteínas, que actuarán −en diferentes momentos y niveles− en la constitución de las estructuras de las células, tejidos y órganos neurales –entre tantos otros. Actualmente −especialmente en el caso de seres vivos de estructura menos compleja− se conoce cómo determinados neuro-péptidos receptores se reflejan en pautas definidas de comportamiento[1]. En el caso de especies más desarrolladas, los rasgos de comportamiento sólo pueden correlacionarse con el genoma en conjunto, y, por tanto, con el entramado global de estructuras y procesos neurológicos y, en general, somáticos: Apenas en raros casos, la alteración de un gen aislado explicará una alteración comportamental definida.

Por otra parte, los estímulos del entorno, las experiencias, el aprendizaje, influyen, a su vez, en la expresión genética. Los circuitos neuronales, por ejemplo, según la variedad de estímulos usuales, efectúan modificaciones en sus conexiones sinápticas: Hay, pues, una plasticidad funcional, de acuerdo a los requerimientos –esto ocurre aun en los reflejos más simples.

Hemos considerado la predisposición genético-ambiental de ciertas conductas, por así decir,reflejas. Ahora, preguntémonos ¿hasta qué punto algunas de nuestras concepciones –y, ante todo la del ser− vienen inscritas en nuestra misma naturaleza?

• La naturaleza humana y la noción de ser


El paso de la pregunta acerca de comportamientos externos –verificables, de alguna manera, por un método experimental− a la pregunta acerca de principios fundantes del entendimientorefleja el salto que hay que dar entre la neurociencia –dedicada al estudio de estructuras y actividades neurales− y la sicología. Hay una gran brecha (gap) entre la pesquisa acerca del cerebro y la de la mente (psique). Parece que aunque consiguiéramos conocer los pormenores atómico-moleculares de los procesos neurofisiológicos, aun así no podríamos explicar siquiera qué es la experiencia sensorial más sencilla[2]. Por este camino, quedaremos a años-luz de obtener una comprensión de algún supuesto trasfondo estructural de la conciencia personal –y, en últimas, de la cultura. Sin embargo, algunos acarician la ilusión monista de que, hipotéticamente, la sicología –y, por tanto, la sociología− pudiera llegar a ser entendida a partir de su trasfondo físico: El siquismo sería una propiedad de la materia, así, convendría hablar más bien de pansiquismo –que viene a ser panteísmo. Pero, de este modo, ¿por qué no tenemos una conciencia tan extendida como el universo? Nuestra naturaleza singular no sería la auténtica, sino una caída del absoluto, y, entonces, nuestra realización estaría lograda mediante una paradójica despersonalización. Esta posición atrae a muchos ilustrados, pues sirve de paliativo a su conciencia moral;[3] pero surge de una opción pre y extra-científica.

Si nos restringimos, pues, sólo a datos de la biología molecular, ¿cómo podemos explicar que tengamos conceptos universales, o realicemos juicios de valor? Quien pretende atenerse sólo a las ciencias experimentales tiende también a ser, implícitamente, nominalista. Así −puesto que constatamos que sólo hay seres singulares− nos podrá objetar que, por tanto, cualquier término general, como −por ejemplo− la palabra mente (alma[4]) no indica más que el conjunto de operaciones llevadas a cabo por el cerebro, pero nada sustancial en sí. Le replicaremos que si todos nuestros conceptos son meras palabras, sin otro contenido que imágenes más o menos vagas, todo conocimiento universal se reduce a mera colección de opiniones arbitrarias. Lo que llamamos ciencia deja de ser un sistema de relaciones generales y necesarias, para quedar reducido a una sarta indefinida de hechos conectados experiencialmente.[5]

Muchos de los que se consideran “hombres de ciencia” son peritos en una parcela específica de ésta, pero no han examinado por cuáles resortes metafísicos son impelidos. Quien no es crítico de sí –y de los fundamentos de su área de estudio−, se expone a burdas equivocaciones.

Todos tenemos un deseo natural de remontarnos a la causa primera de las cosas[6]. La concepción de ser –que conviene, analógicamente, tanto a los singulares como al conjunto− está en la base del conocimiento humano, y acompaña todas nuestras representaciones.[7] Si el ser está incluido en toda idea que concibamos, ningún análisis de la realidad estará completo a menos que culmine en una ciencia del ser −o sea, en metafísica.

Cuando aspiramos a ir a la raíz de todo conocimiento particular, ninguna ciencia especializada es competente para solucionar o juzgar acerca de las soluciones generales metafísicas. Todos los fracasos en metafísica –y, consiguientemente, en cualquier ciencia− provienen de atribuir, a una esencia particular, la universalidad del ser, excluyendo los demás aspectos de la realidad –a contrapelo de la intuición de sentido común (cf. Lc 10,21). Se sustituye al ser –así, en general− por uno de sus aspectos particulares –tal como puede ser estudiado según alguna de las ciencias fácticas. Del modo como un pensador griego colocó el principio de todo en el agua (Tales), en el aire (Anaximenes), en el fuego (Heráclito), o en lo indeterminado (Anaximandro), ahora se lo coloca en los quarks, en los bosones, o en el caos y multiversalidad. Cuando alguien se ha encerrado teóricamente en una de las partes de la realidad, si quiere mantenerse en su posición, no recuperará el todo.[8] Que nadie nos esclavice, pues, mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo (Col 2,8).

Acabamos de ver el caso de la metafísica reducida a física. También es errada la conversión de la metafísica en matemática (mathesis universalis), al estilo cartesiano: No cabe hablar de cuerpo y mente por separado. Pues quien dice cuerpo ya supone una materia configurada –animada por una forma (alma). 

• La noción de ser nos es connatural


Las impresiones (o formas) sensibles (visuales, auditivas, táctiles, olorosas, gustativas…), al interactuar con los convenientes receptores sensoriales, son seguidas por una impresión (imagen especie) sensible, que parte de tales receptores. En otras palabras, los patrones transmitidos por los fotones, o por ondas acústicas, por gradientes de presión, o sustancias volátiles (olorosas) o solubles (gustables) son procesados y convertidos en señales neurales que −manteniendo el mismo esquema (phantasma) del estímulo inicial− lo trasmiten y elaboran, a través de vías paralelas y moduladas, hasta los múltiples centros especializados encefálicos, en donde son integrados.

Hemos considerado este proceso físico –la trasmisión de una forma sensible−, en cuanto automático –pasivo. Podemos, entonces, identificarlo con lo que algunos neurofisiólogos denominan conciencia fenoménica[9] o, los escolásticos, entendimiento pasivo. A continuación, debemos tratar de explicar cómo las diversas señales y patrones electro-químicos neurales implican un significado para el sujeto (por ejemplo, de gusto o disgusto). El significado está correlacionado con la señal, en cualquier momento que se dé –independientemente de si es, específicamente, ésta o aquélla. Se requiere de un proceso activo que transforme la apariencia (especie) sensible en comprensible (inteligible). Gracias a la abstracción, removemos a la especie sensible de sus condiciones físicas específicas −ya que Las señales sensibles no pasan al entendimiento a la manera de un cuerpo que se trasladara de un sitio a otro[10]. Podemos, pues, postular una conciencia accesible (access consciousness) o entendimiento agente[11]. Éste conjuga las impresiones sensibles, según parámetros de inteligibilidad –los primeros principios, fundamento de cualquier concepción de medida, ritmo y proporción− para conformar, así, las imágenes conservadas en la memoria, y los conceptos y juicios.

Cómo tengamos conciencia de que conocemos; cómo, contando con un sistema nervioso limitado, podamos abarcar conceptos universales, es el gran misterio irresuelto por la neurociencia.

Cuanto concebimos interiormente, lo concebimos siempre como “algo que es”. Esta es una necesidad –un primer principio– de nuestra mente. Todo cae bajo la idea de ser –consideramos a la nada misma como “ausencia de ser”. Este primer principio no proviene de los caracteres de los seres particulares; antes, al contrario, mediante este principio de la razón, caracterizamos a los distintos seres como tales. Su origen ha de ser superior: el Ser purísimo, completísimo y absoluto, en quien se hayan, completas, las razones de todas las cosas. Sólo de Él pueden provenir los conceptos íntegros de unidad, verdad y bondad.[12]

Además, no sólo conocemos las cosas sensibles, objeto de nuestra experiencia externa. También, desde niños, hemos tenido noción del yo, o de Dios. Para tal conocimiento, no es necesaria la abstracción: Lo incorpóreo cae directamente en el ámbito de lo entendible (inteligible), sin la mediación figurativa.

Así, por ejemplo, quien ama a Dios y a los demás, no tiene necesidad más que del amor –a modo de especie infusa– para saber que lo tiene y en qué consiste[13]. Hay, pues, que admitir otras maneras por las cuales obtenemos nuestros conceptos de las cosas espirituales y de Dios. Cada cual conoce su alma, sus cualidades y operaciones –este autoconocimiento no coincide con la esencia del alma, aunque es consustancial a ésta[14]. En el caso de Dios, claro está, no opera ninguna abstracción −al reflexionar, le reconocerás, pues eres imagen suya. Tales concepciones –de Dios, del yo– están implicadas en la constitución misma de la mente, por el hecho de ser tal.

Las facultades mentales son innatas, sus principios y elaboraciones no: requerimos de contenidos suministrados por la experiencia. Así, por ejemplo, es necesario percibir los objetos para concebir lo que es un todo y, por lo mismo, captarlo –muy espontáneamente– como mayor que cualquiera de sus porciones; también, conociendo a mamá y papá, hallamos, a la par, la pauta moral básica de amarles y respetarles. Obtenemos, pues, los primeros principios gracias al concurso tanto de nuestra estructura cognitivo-afectiva fundamental –la luz natural intelectual y la inclinación voluntaria hacia el bien– como de la experiencia.[15]

Cada uno de nosotros halla en sí –como parte de su dotación nativa– los parámetros básicos por los que efectúa cualquier juicio –incluso acerca de sí mismo y de sus reflexiones. La mente se rige por dichos parámetros, siempre presentes, a su alcance, mientras actúe. Éstos no son capricho suyo, no se los ha dado a sí misma. Puesto que no provienen de ella, significa que su origen está más allá, en aquel primer Principio –escala de toda armonía– que abarca, de manera inmutable e infalible, cuanto hay mudable.[16] In lumine tua, Domine, videmus luminem (Sal. 36,9).


[1] Por ejemplo, la simple variación de un nucleótido en un gen específico, conduce a que el anélidoCaenorhabditis elegans viva aislado o, por el contrario, asociado en una masa. Cf. “Genes and Behavior”. En: Principles of Neural Science. Kandel, E., et al (eds.) New York: Mc Graw Hill (2013)
[2] Por ejemplo, la comprensión acerca de cómo los fotones inciden en los conos y bastones retinianos, los consecuentes cambios en la conductancia iónica transmembranal, los cambios en las proteínas de los pigmentos visuales y de la membrana, el flujo de iones, la hiperpolarización consiguiente de axones neuronales ópticos y, de ahí, hasta la corteza cerebral… no nos daría idea de lo que conlleva la percepción e interpretación visual.
[3] Tal fue el móvil que atrajo al joven Agustín de Hipona al maniqueísmo.
[4] Los investigadores más positivistas usan el término mente o siquismo. Debieran tener en cuenta que, etimológicamente, el griego psyche corresponde al latín anima. Evitan, sin embargo, el último término para salvar su metafísica monista. Cf. Tresmontant, Claude. Le problemè de l’âme.  
[5] cf. Gilson, Etienne. La unidad de la experiencia filosóficaMadrid: Rialp (1979) 42
[6] Inest enim homini natural desiderium cognoscendi causam, cum intuetur effectum (…) Si (…) intellectum (…) pertingere non possit ad primam causam rerum, remanebit inane desiderium naturae.Santo Tomás. Summa TheolI. q.12 a.1 co.
[7] Ahora bien, ¿cómo puede el ente estar constantemente presente en la mente más común y, sin embargo, mostrarse tan huidizo de tantos estudiosos que no han conseguido verlo? Gilson, Etienne. o.c.
[8] cf. Gilson, Etienne. o.c. p. 347-352.
[9] cf. Block, Ned. “How not to find the neural correlate of consciousness”. En: Mind and Cognition. Lycan, W. y Prinz, J (eds.). Oxford: Blackwell (2008) 576-577.
[10] cf. Santo Tomás de Aquino. Summa Theol. I. 85. 1
[11] «Oportet ponere, praeter intellectum possibilem, intellectum agentem, qui faciat intelligibilia in actu, quae moveant intellectum possibilem. Facit enim ea per abstractionem a material, et a materialibus conditionibus, quae sunt principia individuationis». Santo Tomás de Aquino. De Anima. a.4 co.
[12] cf. San Buenaventura. Itinerarium mentis Deo. III, 3
[13] cf. Gilson, Étienne. “La iluminación intelectual”. En: La filosofía de San Buenaventura. Buenos Aires:Desclée de Brower (1947) 356.
[14] «Anima, in hac vita, non intelligit seipsam per seipsam». Santo Tomás de Aquino. Summa contra gent. c.46
[15] cf. Gilson, Étienne. o.c. p. 355
[16] «Anima humana (…) veritatem cognoscere non potest, nisi a sensu accipiendo». Santo Tomás de Aquino. De Veritate. q.16 a.1 c. Cf. Bettoni, Efrem. “Man: his nature and activity”. En: St. Bonaventure. Indiana: University of Notre Dame Press (1964) 94-95.

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Eltiempo.com


Neuroeducación o educar con emociones

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Neuroeducación o educar con emociones
La educación con emociones implica despertar la curiosidad.

Esta ciencia propone que solo se aprende lo que llama la atención y genera emoción.

Todo aquello que conduce a la adquisición de conocimiento requiere de la emoción. Esa es una de las premisas de la Neuroeducación, una ciencia que pretende romper viejos paradigmas de la educación actual y proponer otros modelos más respetuosos y ‘amigables’ con los alumnos.
Francisco Mora (Elche, España, 1951), doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford y catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, es el autor del libro Neuroeducación, en el que explica en qué consiste esta ciencia y la potencialidad que tiene para propiciar una reforma en la educación. Según Mora, los profesores han de ser conscientes de la importancia de la emoción como vehículo de sus palabras si desean que estas alcancen de lleno a sus alumnos, y prácticas actuales como la transmisión de conceptos cognitivamente complejos “de modo aséptico, desconectados de significado emocional”, deben ser abandonadas para evitar el fracaso escolar.
El agobio mental que, según la Neuroeducación, sufre un niño estresado pone en marcha un proceso “insidioso” que puede afectar estructuras de su cerebro, como el hipocampo, y repercutir en su proceso de aprendizaje y memoria y en su evolución emocional.
Frente a esta situación, que puede provocar en el escolar falta de sueño, irritabilidad y desatención, una de las mejores soluciones, según diferentes estudios, es la práctica del ejercicio físico, una teoría antiguamente desechada y que ahora se ha demostrado que rebaja las respuestas estresantes y cambia la configuración del cerebro en las áreas que tienen que ver con el aprendizaje y la memoria.
Según explica en su libro Francisco Mora, la Neurociencia cognitiva ha constatado, gracias al estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro, que solo se puede aprender aquello que llama la atención y que genera emoción. Desde esta perspectiva, la Neuroeducación, basándose en los datos de la investigación científica, estudia cómo interactúa el cerebro con el medio que le rodea en relación con el aprendizaje.
Este reconocido divulgador científico y referente de la neurociencia, que también imparte docencia en la Universidad de Iowa, en EE.UU., y ha publicado más de una veintena de libros, se muestra convencido de que la Neuroeducación será el eje de la docencia en el futuro, y que “no hay razón sin emoción”, lo que le lleva a aseverar que hay que emocionar para enseñar, una asignatura pendiente entre la mayoría de los formadores, que deberán aprender a fomentar la curiosidad entre sus alumnos.
Una de las constataciones de la Neuroeducación es que además de que las emociones y el ejercicio físico mejoran el aprendizaje, es importante la práctica continua para progresar, así como la necesidad del juego para cultivar la autoestima y desarrollar la creatividad. Lo mismo que las actividades artísticas para mejorar el cerebro.
EFE REPORTAJES

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http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/08/28/neurociencia/1377697845.html

elmundo.es - salud nuerociencia.

El impacto global de la enfermedad mental y las adicciones a las drogas

El número de personas con algún tipo de adicción está aumentando.
El número de personas con algún tipo de adicción está aumentando. | The Lancet
A menudo, la enfermedad mental y las adicciones ocupan un segundo plano en la atención médica. El abuso de sustancias y los trastornos psiquiátricos reciben menos recursos que otras dolencias. Sin embargo, los resultados de un estudio animan a pasar estos problemas a la primera plana de la sanidad.
Según sus datos, publicados en la revista 'The Lancet', su impacto a escala global es mayor de lo que se pensaba. De hecho, subraya la investigación, estos males contribuyen en mayor medida que el VIH o la tuberculosis a generar enfermedad y discapacidad en el mundo.
"Nuestros resultados muestran el creciente desafío que estas enfermedades suponen para los sistemas sanitarios tanto en las regiones desarrolladas como en las que están en vías de desarrollo", señalan los investigadores en la revista médica.
Liderados por Harvey Whiteford, de la Universidad de Queensland (Australia), este equipo de científicos analizó los datos sobre salud mental y abuso de sustancias incluidos en 'The Global Burden of Disease Study 2010 (GBD 2010)', el mayor estudio realizado para describir de forma sistemática las causas y la distribución de las principales enfermedades en el mundo.
En su evaluación, observaron que las enfermedades mentales y los trastornos relacionados con el abuso de sustancias eran la quinta causa de muerte y enfermedad en todo el mundo. Pero, cuando afinaron un poco más en su investigación, y midieron el impacto de estas dolencias en cuanto a su capacidad para generar trastornos no letales, encontraron que estos problemas estaban a la cabeza de la lista, con una contribución del 22,8%.
La discapacidad y los problemas de calidad de vida que provocan estos trastornos son más que notables, subrayan los investigadores, quienes hacen hincapié en que un gran número de muertes debidas en última instancia a la enfermedad mental -como los suicidios- podrían estar clasificándose en otras categorías, con lo que su impacto estaría infravalorándose.

Adicciones en aumento

El análisis también ha encontrado diferencias notables -y esperables, por otro lado- en cuanto a las distintas regiones del mundo. Así, por ejemplo la proporción de trastornos relacionados con la alimentación eran hasta 40 veces más alta en la zona de Australia y Asia que en el África Subsahariana.
Según los datos del trabajo, las enfermedades mentales y el abuso de sustancias han aumentado su presencia en las últimas décadas, sobre todo en los países en vías de desarrollo, lo que hace aún más preocupante el futuro.
"Nuestras conclusiones tienen implicaciones sustanciales para la agenda de salud pública, dado que el aumento en la esperanza de vida supondrá que más personas con enfermedades mentales y trastornos relacionados con el uso de sustancias vivirán durante un mayor periodo de tiempo".
Por otro lado, otro trabajo publicado en el mismo número de 'The Lancet' dibuja un detallado mapa del consumo de cuatro sustancias ilegales en el mundo: anfetaminas, cannabis, cocaína y opiáceos (como la heroína). Las enfermedades y discapacidades generadas por el consumo de estos cuatro tipo de drogas han aumentado un 50% entre 1990 y 2010.
Aunque parte de este incremento se debe al mayor número de población, aproximadamente una quinta parte de este aumento (un 22%) se estima que es debido a una mayor prevalencia de personas adictas, particularmente al consumo de opiaceos. De las 78.000 muertes atribuidas a la adicción a las drogas ocurridas en 2010, se piensa que más de la mitad se produjeron por la dependencia a los opiáceos.
Además, los datos de este análisis revelan que dos tercios de los adictos son hombres y que, con mucha diferencia, el cannabis es la droga que más se consume en el mundo (con 13 millones de usuarios).
Por su parte, opiáceos como la heroína son las sustancias que más problemas de salud provocan en todo el mundo.
Al igual que el trabajo que le acompaña en la revista médica, esta investigación también muestra importantes variaciones regionales. De este modo, la dependencia a la cocaína era muy elevada en América del Norte y Latinoamérica, mientras que su presencia en otras regiones era puramente anecdótica. En el caso de los opiáceos, las mayores tasas de consumo se detectaron en Australia, Asia y Europa Occidental.
Reino Unido, EEUU, Sudáfrica y Australia fueron los países donde más problemas de salud se relacionaron con el consumo de estupefacientes

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REVISTA MUY INTERESANTE; Elena Sanz

27/12/2011




10 cosas que deberías saber sobre cómo funciona tu cerebro
GaleríaFotos: El cerebro al desnudo
Haz click aquí

2012 es el "Año de la Neurociencia" en España. Aquí tienes selección de 10 cosas que los científicos descubrieron sobre el cerebro en 2011 y que deberías conocer.

Comer menos mantiene al cerebro joven
Una molécula llamada CREB1, que se activa cuando la dieta es restrictiva, pone en marcha a genes ligados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro.>>

El tamaño de tu red de amigos en Facebook y el tamaño de tu cerebro están relacionados
El número de amigos que tenemos en la red social Facebook es proporcional al tamaño de ciertas regiones de nuestro cerebro. Así se deduce de un estudio realizado por científicos del Instituto de Neurociencias Cognitivas del University College de Londres (Reino Unido). >>

El éxito y el fracaso activan todo el cerebro
Las señales que se generan en el cerebro cuando una persona cuando tiene éxito o cuando fracasa no se procesan en una zona restringida de la corteza cerebral. Las conexiones neuronales en estos casos se extienden prácticamente por todo el cerebro, según revela un estudio de la Universidad de Yale que apareció publicado en la revista Neuron.>>

Sin vitamina B12, el cerebro encoge
El pescado, la carne, la leche y los huevos son las principales fuentes de vitamina B12, también conocida como cobalamina. Una falta de esta sustancia en la dieta puede hacer que el cerebro pierda células cerebrales y desarrolle problemas cognitivos, según un estudio publicado en Neurology>>

Para evitar que tu cerebro se canse, haz ejercicio
Hacer ejercicio regularmente aumenta tanto en las células musculares como en las neuronas el número de mitocondrias, las organelas encargadas de suministrar energía a las células. De este modo reduce el cansancio mental, según demuestra un estudio de la Universidad de Carolina del Sur. >>

¿Cómo recuerda nuestro cerebro los momentos importantes?
Neurocientíficos de la Universidad de Nueva York (EE UU) han identificado las partes del cerebro que utilizamos para recordar la sucesión de eventos dentro de un episodio de nuestra vida, como una fiesta o una boda. El estudio, publicado en Science, mejora nuestra comprensión de cómo se procesan los recuerdos.>>

El cerebro humano está encogiendo
El cerebro humano ha reducido su tamaño en los últimos 30.000 años. Concretamente, las últimas mediciones revelan que el volumen medio del cerebro del Homo sapiens en este periodo ha disminuido un 10%, es decir, de 1.500 a 1.359 centímetros cúbicos, el equivalente de una pelota de tenis. >>

Las personas distraídas tienen más materia gris en el cerebro
Las personas que se distraen con una mosca y apenas consiguen mantener la atención en una sola cosa pueden echarle la culpa a un grupo de neuronas del lóbulo parietal superior, según un trabajo que publicaba la revista Journal of Neuroscience.  >>

Así reacciona el cerebro cuando no se cumplen las expectativas
El cerebro humano es capaz de adaptarse a lo inesperado gracias a que cuenta con una red de neuronas que hace predicciones sobre el mundo que nos rodea y, además, monitoriza cómo de acertadas resultan esas predicciones. El núcleo de esa red se encuentra en la denominada corteza orbitofrontal, un área cerebral situada por encima de los ojos. >>

Identifican la zona del cerebro que controla la vergüenza
Investigadores de la Universidad de California (Estados Unidos) han conseguido identificar la parte del cerebro que se pone en acción cuando sentimos vergüenza. Se trata de la corteza cingulada pregenual anterior, según hacían público este año los autores en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología que se celebra en Hawaii. >>

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